Con más de dos millones de habitantes, a los que habría que sumar la población flotante, -por horas o días-, producto de nuestra ubicación geográfica y la metropolización, Tijuana sufre un grave retraso en su servicio de Transporte Público.

La ineficiencia gubernamental, los intereses económicos de unos cuantos y la apatía ciudadana han permitido que el transporte público sea caro y malo. Pero repentinamente, se han venido materializando esperanzadoras posibilidades de que evolucionemos, con la aparición de CABIFY, el SITT (Sistema Integral de Transporte de Tijuana) y UBER.

Pero para que esos proyectos se hagan realidad plena, es necesario que exista voluntad política y una decidida participación ciudadana.

Confiamos en que las autoridades finalmente habrán de cumplir con su obligación y también esperamos que los Tijuanenses exijamos hasta que se logre que contemos con un transporte público digno.